El otro día contraté a una señora para que hiciera una limpieza profunda de mi casa. Empezó por la cocina. Cuando había vaciado todos los gabinetes, cajones y clósets, y se preparaba para comenzar en serio, a mi pobre señora le dio un... ¿soponcio? Para mí no fue un yeyo, ni un bioco, ni tampoco un patatú; fue un soponcio, o sea, un desfallecimiento, con sudores, mareos y esmonguillamiento general. ¡Hubo que llamar al 911 y la vinieron a buscar en ambulancia! (No se preocupen: esa noche ya estaba bien; parece que todo se debió a una osada mezcla de píldoras para la presión y relajantes musculares).
En una columna reciente, vimos algunas de las palabras que aparecen marcadas como exclusivas de Puerto Rico en la última edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), como, por ejemplo, atrechar, jincho y alcapurria. Hoy examinaremos más a fondo el tema de las palabras y significados puertorriqueños en ese diccionario.
¿Qué cosa buscamos cuando nos tenemos que soplar la nariz? ¿O cuando nos duele un músculo y queremos darnos un sobito? ¿O cuando nos vamos a limpiar los oídos (aunque ya no se recomienda)? Efectivamente: kleenex, ben-gay y q-tips.
Hasta ahora hemos dedicado estas columnas a asuntos del léxico, o sea, del vocabulario de un idioma. Ciertamente, hablar de palabras siempre resulta ameno (o eso espero). Pero hoy incursionaremos en la gramática, el estudio de cómo esas palabras y otros elementos de la lengua se relacionan y se combinan. ¡No, no sucumban al terror ancestral a la gramática ni huyan a la próxima página! Denle una oportunidad; prometo que será indoloro y tal vez hasta interesante.
Si alguien les pregunta qué palabras se usan sólo en Puerto Rico, ¿qué dirían?
Como hablantes del español puertorriqueño, tenemos intuiciones sobre qué palabras pueden ser exclusivamente nuestras. Podríamos pensar en palabras que nombran alguna realidad emblemática de Puerto Rico, como coquí, o frases tan frecuentes y multiuso como ay bendito. Probablemente identificaríamos algunas palabras africanas, como bembe y fufú, y algunas taínas, como yautía y dita (vasija hecha de media higüera).