Trabajar: impresiones lingüísticas

Hoy comento un fenómeno lingüístico que me ha estado trabajando desde hace tiempo. Para ilustrarlo, relato un intercambio reciente con una mesera en un restaurante del área metro, durante el trámite de pedir un desayuno:

Para mí, un café, un jugo de china, dos tostadas y un huevo duro, por favor.

Lo siento, no trabajo el huevo duro.

¿Cómo?

Que no trabajo el huevo duro; sólo trabajo el huevo frito y el revuelto.

(Pausa de reflexión).  Pues uno frito, entonces... 

No sé si les sorprende el uso de “trabajar” en el diálogo anterior.  A mí sí. 

Hace ya algún tiempo, especialmente en sitios donde se venden productos, oímos cosas como “No trabajo ese modelo de celular” o “Nosotros trabajamos líneas europeas, no americanas”.

¿Cuál es el problema?  Ninguno, pero estamos ante un posible nuevo camino semántico para el verbo “trabajar”.  Veamos primero los significados y usos regulares de “trabajar”. 

En sus sentidos más básicos, el verbo “trabajar” es intransitivo, es decir, no tiene objeto directo.  En estos casos, no se trabaja “algo”, sino “en algo” (trabaja en su tesis), “de algo” (trabaja de cocinera), “por algo” (trabajo por la paz), o simplemente se trabaja (¿trabajas o estudias?). 

El verbo “trabajar” también es transitivo.  En estos casos sí se trabaja “algo”.  La pregunta es qué.  En las artes manuales, se trabajan materiales (trabajo el cuero y la madera).  En la agricultura, se trabaja el campo y la tierra.  En el ejercicio, se trabajan los músculos (hoy trabajaremos los glúteos).  Se trabajan temas o materias (necesita trabajar las matemáticas).  Se puede además trabajar a alguien (está trabajando al jefe para lograr el ascenso) o ser trabajado por una idea (la sospecha lo trabajó hasta volverlo loco).

Entonces, ¿dónde se ubica nuestro uso?

El uso que hemos detectado en la oralidad puertorriqueña –que no en textos escritos– se da en comercios, entre personas dedicadas a la venta, para expresar que el comercio no se dedica a vender al producto que buscamos.  “No trabajo ese modelo” es equivalente a “No vendo ese modelo” o “No incluyo ese modelo en mi oferta”. En el ejemplo citado arriba, el equivalente sería “No servimos huevo duro, sólo frito y revuelto”.

El único diccionario que contiene una definición que podría ser la nuestra es el Diccionario del Uso del Español de María Moliner (1998).  La sexta acepción que ofrece para “trabajar” es: ‘Entre comerciantes, dedicarse a cierta clase de artículos: “Él sólo trabaja los géneros de seda”’. 

Parecería ser justamente la definición que buscamos, pero no estamos del todo seguros.  Por un lado, el que ningún otro diccionario tenga la acepción de ‘vender algo’, y que no veamos ese uso presente en los corpus del español, nos hace cuestionarnos lo que realmente expresa esta definición.  Por otro lado, el verbo “dedicarse” en esta definición es algo ambiguo, y el ejemplo no aclara.  La definición podría expresar que “trabajar” es ‘laborar la seda como material’, o ‘vender la seda como producto’, o ambas cosas.   

En cualquier caso, aquí tenemos una pista sobre esta posible ruta de evolución semántica de “trabajar”.  El movimiento semántico sería de ‘elaborar o dar forma a una materia’ (en el taller, trabajo la madera) a ‘elaborar o dar forma a una materia, y además venderla’ (en la tienda, trabajo la madera) a ‘vender cualquier materia, o bien cualquier producto elaborado’ (en mi tienda, trabajo dos líneas de cosméticos) e incluso ‘vender cualquier servicio’ (en el salón, trabajamos el masaje sueco).

Aparte de esto, hay que decir que el significado de “trabajar” es lo suficientemente general como para admitir valores que se podrían expresar con términos más precisos.  Así, un chef televisivo recientemente decía que iba a “trabajar el tomillo” en una receta que normalmente “se trabajaba con” otra hierba.  A falta de un vocabulario variado, “trabajar” puede ser un “resuelve”.

Titulé la columna “Impresiones” estratégicamente, porque es difícil ser definitivo en las cuestiones semánticas.  Son aguas que reciben diferentes influjos, de diferentes fuentes, y que forman remolinos. Lo que sí sabemos es que hay algo particular pasando con “trabajar” en Puerto Rico, y que merece la pena seguir…trabajándolo . 

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