¿Qué le parecen los siguientes intercambios? ¿Reconoce estos enunciados, o los considera imposibles en el español de Puerto Rico?
(1) —Ave María, Titi, es que el pobre es bien feíto.
—Ello no, bendito. No digas eso.
(2) —Que se te cayó una bolita del traje de baño.
—No. (Risas).
—Ello sí, mira.
—Ello no. Están todas. Además no se pueden caer.
La respuesta que usted dé dependerá de su procedencia geográfica o edad. En todo caso, la contestación es sí, estos enunciados son posibles, y –lo que es más– son ejemplos reales del habla actual puertorriqueña.
Para que se oriente y siga leyendo: los valores de “ello sí/ello no” se pueden comparar a los de “oh sí/oh no”. En ambos casos, se trata de una respuesta enfática que contradice, disputa, porfía o argumenta una aseveración planteada por el interlocutor.
El fenómeno del “ello sí/ello no” se presenta y se analiza en la tesis de Maestría de Carla M. Mojica De León, titulada: “‘Ello sí, él estaba en Cabo Rojo’: Análisis del pronombre ‘ello’ en el discurso de los puertorriqueños”. Esta tesis fue aprobada como sobresaliente en el Programa Graduado de Lingüística de la U.P.R. en octubre de 2007.
Mojica, criada en Juncos, siempre había usado normalmente el “ello sí/ello no”. Sin embargo, cuando llegó a San Juan a estudiar, e interactuó con personas de otros pueblos, se percató de que no era un uso generalizado en Puerto Rico. Motivada a explorar el fenómeno más a fondo, en el 2004 examinó una muestra de 100 personas de toda la isla, tomando en cuenta factores de edad, sexo y zona geográfica.
Concluyó que el fenómeno está circunscrito a la zona este de Puerto Rico: de los 100 entrevistados, 45 dijeron conocerlo, y, de éstos, 43 eran del noreste, centro este y sureste. Sobre variación generacional, el grupo mayor de 51 años demostró el mayor conocimiento, independientemente de su procedencia geográfica.
En la tesis que reseñamos hoy, la autora decide profundizar cualitativamente en estos datos. Usando un acercamiento pragmático, examina los contextos, situaciones y procesos en que ocurren las expresiones “ello sí/ello no” en el discurso puertorriqueño. Para ello, realiza seis entrevistas grupales, facilitando entre los participantes conversaciones espontáneas e informales. Los entrevistados procedían de Juncos, Las Piedras y Humacao, por ser éstos los pueblos con mayor presencia del fenómeno.
Un elemento que caracteriza el uso de “ello sí/ello no” es la situación de comunicación informal y de confianza entre dos o más hablantes. En ese contexto, el “ello sí/ello no” se usa para afirmar o negar un enunciado mencionado previamente en la conversación, que usualmente presenta con cierta fuerza un punto de vista. Por ejemplo:
―Vamos para la piscina.
―Mami no quiere.
―Sí, vamos. Ella dijo que sí.
―Ello no, porque yo escuché cuando ella dijo que no.
Luego del “ello no”, normalmente sigue una conclusión que explica el porqué de la negación, como vemos en el ejemplo. En el caso de “ello sí”, sin embargo, no se requiere la adición de esa conclusión explicativa, lo cual puede responder a la entonación particular que recibe. Por otro lado, señala la autora, ambas formas parecen concluir de forma más definitiva la argumentación, comparadas con un “sí” o “no” solos.
La autora concluye que el “ello” en estas expresiones es un marcador argumentativo discursivo que tiene el propósito de desmentir o afirmar el enunciado anterior. En estos casos, defiende Mojica, el “ello” ha perdido su rol como pronombre. Se descarta, por lo tanto, la posibilidad de que el pronombre “ello” represente todo el enunciado previo, que el hablante afirma o refuta al sumarle “sí” o “no”.
Mojica cita los usos particulares del “ello” en República Dominicana (“Ello llueve”, “Ello había mucha gente”), pero establece que los puntos de contacto son mínimos, pues los contextos de uso son diferentes.
Esta tesis constata que el “ello” en Puerto Rico tiene un valor pragmático en el discurso de algunos hablantes, muy diferente a su rol de pronombre, que merece seguirse explorando. Mojica plantea como temas futuros de investigación el importante rol de la entonación en este fenómeno, o su evolución a través del tiempo en Puerto Rico.
(Publicado en El Nuevo Día, el 16 de marzo de 2008)