La pregunta es recurrente: ¿cómo se dice: “imprimido” o “impreso”? La misma contestación aplica a tres verbos: “imprimir”, “proveer” y “freír”. Éstos son los únicos verbos en el español actual que tienen dos participios, uno regular y uno irregular: “imprimido” e “impreso”, “proveído” y “provisto”, y “freído” y “frito”, respectivamente. Según el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), los dos participios pueden usarse para formar tiempos compuestos: “hemos imprimido / hemos impreso veinte copias”, “ habían proveído / habían provisto todo lo necesario” y “he freído / he frito tres empanadillas”. Sin embargo, en cada caso existe una preferencia por una forma u otra. Veamos.
En el caso de “imprimir”, la tendencia en América es, según el DPD, a preferir el uso de la forma irregular “impreso” en los tiempos compuestos, aunque ambos participios pueden utilizarse: “Habían impreso en su lugar billetes de a cien” (García Márquez, Amor en los tiempos del cólera [Colombia, 1985]) y “Esta obra ha sido imprimida por La Torre de Papel” (Prensa [Nicaragua, 21-10-97]). Los materiales consultados de Puerto Rico no ofrecieron información suficiente para concluir qué forma preferimos para los tiempos compuestos. No obstante, cuando el participio se usa como adjetivo, en Puerto Rico, al igual que en todo el ámbito hispánico, se prefiere el participio irregular “impreso”: “Contempló una vez más la imagen impresa en la tarjeta postal” (Martini, El fantasma imperfecto [Argentina, 1986]).
En el caso de “proveer”, según el DPD, los dos participios se usan indistintamente, tanto en la formación de tiempos compuestos (“has proveído” / “has provisto”) como en función de adjetivo (“el documento proveído” / “el documento provisto”). Sin embargo, como adjetivo, es más frecuente la forma irregular “provisto”, en todo el mundo hispanohablante, incluido Puerto Rico: “Aquí se ve la pobreza ancestral, los cuponeritos están tan arrancaos que muchos de ellos prefieren traer el maletincito, como éste, todo él bien provisto de ¡Cutty Sark! ¡Vaya! ¡Blended Scotch Whisky! en la playa de Punta Salinas, y en el veranazo '83, mi pana... Ese trajo su bar, comenta alguien” (Rodríguez Juliá, El cruce de la bahía de Guánica [P.R., 1989]).
Los dos participios de “freír” se usan para formar los tiempos verbales compuestos: “Aparte se habrá freído el tomate [...] con cebolla, todo muy despacio y removiendo bien” (Manuel Toharia, El libro de las setas [España, 1985]); “En una cucharada de manteca se fríe el jitomate (que se habrá asado y molido con el ajo), la cebolla, el chile (tostado y remojado) y el orégano; cuando se ha frito bien, se agrega el agua y los fideos” (Virginia Ramos Espinosa, Los mejores platillos mexicanos [México, 1976]). Como adjetivo, sin embargo, se usa exclusivamente la forma irregular “frito”, que también puede funcionar como sustantivo: “América se queda en la cama por mucho tiempo, hasta puede ser que haya dormido, no está segura. El cuarto está sofocante. La televisión se oye desde la sala, la casa huele a pollo frito”. (Esmeralda Santiago, El sueño de América, [P.R., 1996]).
Y ¿qué hay de “elegir”? Algunos pensábamos que “elegir” pertenecía a ese grupo de verbos con dos participios. Sin embargo, nos informa el DPD que el único participio verbal de “elegir” es “elegido”: “Aproximadamente la mitad de los participantes en el programa ha elegido la esterilización quirúrgica” (El Nuevo Día, 14-11-2000). La forma “electo” viene del participio latino “electus” y ha sido considerada tradicionalmente participio irregular de “elegir”; sin embargo, se trata de un adjetivo que significa ‘que ha sido elegido para una dignidad o cargo y aún no ha tomado posesión’: “El alcalde electo había anticipado que entre sus planes más inmediatos están, privatizar algunos servicios que ofrecen los CDT” ( El Nuevo Día, 14-11-2000).
Aunque el DPD indica que se debe mantener la forma “elegido” para las formas compuestas, y la forma “electo” como adjetivo, los materiales de Puerto Rico revelan que aquí alternan ambas opciones en ambos contextos. En otras palabras, también hablamos de que “hemos electo” a un candidato y de que él ha sido el “cantidato elegido”. Pero antes que adelantarnos a la próxima elección, mejor elijamos con conciencia cada paso de ese fascinante y optimista camino.
(Publicado en El Nuevo Día el 19 de noviembre de 2006)