“K acn?”

K acn-foto-edit2Si se han acercado a las salas de diálogo del Internet (“chat rooms”), al correo electrónico inmediato o a los mensajes de texto por teléfono celular, habrán presenciado una nueva forma de comunicación.  La revolución informática está generando entre sus usuarios –principalmente los jóvenes– una nueva manera de escribir, de leer y, según algunos, de pensar. 

“¿Cómo lee, escribe y se comunica nuestra próxima generación de lectores?”.  De este tema, entre otros, trató la ponencia de Jorge Ignacio Covarrubias en un seminario realizado en mayo de este año en San Millán de la Cogolla, España, titulado “El español en los medios de comunicación de los Estados Unidos”.

Covarrubias llevó a cabo un estudio informal de la comunicación juvenil en las salas de contacto social, salas de diálogo y correo electrónico en el Internet, y en los mensajes de texto en celulares.  Además, tuvo el apoyo de Dariela Sosa, de www.aldea.net en Venezuela, quien encuestó a jóvenes caraqueños de 13 a 17 años sobre sus formas de comunicación.

Los ámbitos electrónicos antes mencionados establecen limitaciones significativas de espacio y de tiempo.  La velocidad que adquiere la comunicación es vertiginosa, y muchas veces los escritos son simultáneos.  El espacio que ofrecen los celulares es particularmente restringido, lo que apela a un estilo casi telegráfico.

Las observaciones de Covarrubias y la encuesta venezolana concluyen que esta jerga juvenil comparte las siguientes características: usa abreviaturas, no tiene mayúsculas ni minúsculas ni acentos, y los signos de interrogación y admiración los usa sólo en el cierre.

Veamos algunos ejemplos.  Entre las abreviaturas, que evidencian además una fuga de vocales, encontramos “k acs?” por “¿qué haces?” y “tqm”  o “tq mxo” por “ te quiero mucho”.

Esta jerga también recurre a la representación con dibujos, letras o números para representar sonidos, palabras o frases.  Por ejemplo, “m 100to bn”  es “ me siento bien”, “5mentarios” es “ sin comentarios” y “x100pre” es “por siempre”.

Los signos de puntación se usan, más que para puntuar, para representar emociones mediante los llamados “emoticones”.  Son representaciones pictográficas como las siguientes:  :-)  y  :)  representan alegría, y  :-(  y  :(  representan decepción.  Por su parte, ;-) es un guiño sonriente.  Covarrubias ofrece algunos ejemplos algo más pícaros: ( )( ) son las nalgas, (.)(.) los senos, y o()o el miembro masculino.

Se dan con frecuencia préstamos del inglés, como las abreviaturas “ lol”, que significa “laughing out loud” (“risa en voz alta”) y xoxoxo, igual a “hugs and kisses” o “ besos y abrazos”.

Se usa también el lenguaje en código, como “143” = “ I love you”, por el número de letras en cada palabra, o “P911” = “Parents o Padres 911”, para indicar al interlocutor que hay progenitores en la costa.

Las encuestas revelaron que muchos jóvenes son conscientes de que este tipo de escritura contiene faltas normativas de ortografía.  Algunos señalaron que usan el diccionario electrónico para “escribir sin errores” y otros que las abreviaturas disimulan las faltas ortográficas.

Evidentemente, se trata de un registro de la lengua escrita diferente al que estamos acostumbrados.  El que este nuevo registro pueda coexistir junto a la norma escrita tradicional dependerá del contacto que los jóvenes mantengan con dicha norma, tanto en sus lecturas como en su escritura. 

Algunas de las fuentes citadas por Covarrubias comparten una preocupación: ¿hasta qué punto se atrofia la capacidad verbal de expresar emociones con el uso de los “emoticones”  y otras representaciones no lingüísticas?  Una vez más, lo lógico es pensar que dependerá de la oportunidad o necesidad que tengan los jóvenes de expresar sus emociones lingüísticamente. 

Son preguntas interesantes, pues si bien es cierto que toda generación joven crea su propia jerga, también lo es que esta generación se mueve en un medio de comunicación nuevo, que tiene sus propias exigencias, y que al parecer llegó para quedarse. Lo bueno es que, como se mueve tan rápido, estaremos todos aquí para ver los resultados.  Y ahora me despido, con cariño, amigos, como 100pre. ;-)

(La ponencia de José Antonio Covarrubias fue publicada en “Glosas”, boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, vol. 5, núms. 9 y 10, junio y sept. 2006).

(Publicado en El Nuevo Día el 5 de noviembre de 2006)

Suscríbete a Vale decir, el blog del idioma



Busca una columna

Búscame en las redes sociales

FacebookTwitterLinkedin