Algunas personas me han comunicado que les molesta la frase “los dineros”. Más bien, no la pueden tolerar. Si pudieran poner una querella en algún sitio, lo harían.
Veamos citas de la prensa local: “Eso será así, claro está, una vez […] reciban todos los dineros comprometidos de las compañías auspiciadoras” / “no puede haber oposición después que un proyecto lleva un año construyéndose porque hay ya unos dineros invertidos del banco” / “Vamos a entrar a investigar el uso que se le ha dado a los dineros del Fondo para el Manejo Adecuado de Neumáticos Desechados”.
¿Qué es lo que rechina al oído? Es el sonido de un nombre “no contable” siendo usado como “contable”.
Repasemos la terminología: los nombres contables designan conceptos que se pueden contar o enumerar, por ejemplo, “un lápiz”, “dos perros”, “tres vasos”, “cuatro ideas”. Son nombres que pueden usarse en plural con diversos modificadores, como determinantes definidos (“los lápices”), numerales (“diez perros”), indefinidos en plural (“muchos vasos”) e incluso sin modificador (“faltan ideas”).
Los no contables, por su parte, designan entidades que interpretamos como sustancias o materias y no como entes individuales, por ejemplo: “aire”, “basura”, “paciencia”, “sangre”. Se construyen en singular, no en plural. Pueden ir acompañados de modificadores como “mucho”, “poco”, “bastante” (“mucho aire”, “poca basura”), pero rechazan los modificadores numerales (*“tres paciencias”), el adjetivo “medio” (*“media sangre”) y los indefinidos como “varios”, “diversos”, “determinados” (*“varios aires, *diversas paciencias”). Uso el símbolo * para indicar usos no naturales en español.
Hagan las pruebas y verán que “dinero” es un sustantivo no contable. Uno tiene dinero, o no lo tiene, pero no puede tener un dinero o dos… Y si no lo tiene, ¿qué suena mejor: “préstame dinero” o “préstame unos cuantos dineros”? Si es así, ¿por qué lo tratamos como contable en los ejemplos de arriba? La respuesta es: porque podemos.
El hecho es que, en español, el movimiento de no contable a contable es frecuente, aunque usualmente conlleva un cambio de acepción. Por ejemplo, “me dio mucha alegría verte” (no contable) / “ese niño nos ha traído tantas alegrías” (contable = ‛momentos felices’); “la quiere con locura” (no contable) / “ha cometido una locura imperdonable” (contable = ‛acto imprudente’).
También pueden ocurrir movimientos de contable a no contable, pero son más escasos: “vi a tres hombres guapos” (contable) / “aquí hay mucho hombre guapo” (no contable).
¿Qué dice la Nueva Gramática de la Lengua Española? Resulta que el uso de “los dineros” es un fenómeno del español general, y se considera un “plural estilístico”. Es el mismo caso de otros plurales de sustantivos no contables, como “las aguas”, “las ropas”, “los tiempos”, “las gentes”. Estas palabras admiten el uso en plural, aunque no pueden enumerarse (*“tres aguas”, *“dos ropas”, *“cinco tiempos”, *“siete gentes”).
Eso no quita que, antes que “los dineros”, usemos otras palabras más precisas, como “los fondos”, “las partidas” o “las asignaciones”, si es que a eso nos referimos. Y, finalmente, por más pela’os que estemos, podemos simplemente usar el singular “dinero”, que es igual de bueno.
(Publicado en El Nuevo Día el 15 de agosto de 2010)