En una columna reciente, vimos algunas de las palabras que aparecen marcadas como exclusivas de Puerto Rico en la última edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), como, por ejemplo, atrechar, jincho y alcapurria. Hoy examinaremos más a fondo el tema de las palabras y significados puertorriqueños en ese diccionario.
El nombre real del DRAE es, de paso, Diccionario de la Lengua Española, aunque muchos lo conozcamos por el apodo. Este diccionario se destaca como el único que asume explícita y activamente el reto de ser panhispánico, o sea, perteneciente a todos los pueblos que hablan la lengua española.
El DRAE intenta incluir las palabras que compartimos todos los que hablamos español, como: casa, comida, hijo, amor, etc., y además el vocabulario particular de cada país hispanohablante. Los responsables de asegurar que el léxico, o vocabulario, de su país esté representado en el DRAE son las 22 Academias de la Lengua Española, entre las que está incluida la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española.
Actualmente hay 482 palabras o significados con la marca P. Rico en el DRAE (no 246, como se dijo en aquella columna; ¡por favor corrijan la errata!). Éstas las ha ido enviando la Academia Puertorriqueña de la Lengua desde su fundación en 1955.
Hay palabras o significados en el DRAE con la marca P. Rico que efectivamente tienen plena vigencia en el español puertorriqueño, como: sorbeto (pajilla para sorber), pantalla (pendiente, arete), pollina (flequillo, pelo recortado sobre la frente), asignación (deber, tarea escolar), confligir (entrar en conflicto), embeleco (enredo, montaje, complicación) y emergencia (freno de mano).
Hay otras palabras o significados con marca P. Rico que necesitan revisarse, como amostazar(se) (avergonzarse), rubiera (diversión, jira) y flamenco (delgado, flaco). Estos han caído en desuso o se usan en sectores limitados de Puerto Rico.
También hay palabras en el DRAE con marca P. Rico que requieren que se revise su definición: chota se define como ‘persona floja, pusilánime’, cuando debería decir ‘persona que acusa o delata a otra en secreto’.
Por otro lado, hay palabras y frases de Puerto Rico que no están en el DRAE, pero que deberían estar, por ejemplo: enfogonar(se), mandulete, bacalaíto, platanutre, envejeciente, trinco, amotetado y de mil en ciento. Hay otros casos en que la palabra está en el diccionario, y lo que falta es la definición que le damos en Puerto Rico: égida (asilo de ancianos), chicho (pliegue de gordura), pitorro (ron de fabricación clandestina), bomba (música y baile de origen africano), abanico (ventilador eléctrico) y chinchorro (tienda pequeña y pobre, de carácter simpático).
Finalmente, algunas palabras en el DRAE sólo necesitan que se añada “P. Rico” para hacernos justicia lexicográfica, pues otros países ya las han documentado, por ejemplo: facilitador (Cuba, Honduras y Venezuela: ‘persona que se desempeña como instructor u orientador en una actividad), orden (Cuba y México: ‘relación de lo que se va a consumir en una cafetería o restaurante’) y palo (Cuba y Venezuela: ‘trago de bebida alcohólica fuerte’).
Si quieren descubrir el estatus de otras palabras, frases o significados puertorriqueños en el DRAE, los invito a visitar la versión electrónica del diccionario, que está disponible gratuitamente en Internet, en: www.rae.es. Si identifican una palabra, frase o significado de uso común en Puerto Rico que no está documentado en el DRAE, no vacilen en enviarla a la Academia Puertorriqueña (www.acaple.org). Es posible que en la próxima edición del DRAE, la encuentren debidamente incluida y coronada con la marca P. Rico.
(Publicado en El Nuevo Día el 18 de septiembre de 2005)