El plural mayestático

¿Han notado una tendencia creciente en el discurso público –de políticos y administradores, especialmente– de usar la primera persona plural, “nosotros”, para referirse a sí mismos, en vez de la primera persona singular, “yo”?           

Estoy hablando de frases como “Nosotros creemos…”, “Nosotros pensamos...”, en lugar de “Yo creo...”, “Yo pienso...”.  Se trata del “plural mayestático” (del latín “pluralis maiestatis” = ‘plural de majestad’), que en inglés se conoce como el “royal we”. 

Lo de “mayestático”, o ‘relativo a la majestad’, alude al uso histórico de este plural por emperadores, reyes y papas.  Con él se busca expresar el poder, excelencia y dignidad de estos mandatarios.  En esos casos, se ha usado el antiguo pronombre “nos”, más que “nosotros”.

Un ejemplo, de un discurso del papa Juan XXIII en 1961: “La circunstancia que motiva esta grata audiencia de hoy es ya, por sí misma, como lo adivináis, muy emotiva para Nos.  Nuestro octogésimo aniversario, y al mismo tiempo el tercero de nuestro pontificado…”.

Una variante de este plural es el “plural de modestia” o “plural de autoría”, al que recurren escritores y oradores para transmitir modestia y humildad, y atenuar la posibilidad de sonar arrogantes o demasiado protagonistas.  De ahí que tantas investigaciones cierren con “Al finalizar este estudio, concluimos que…”.

Los editoriales de periódico y otros escritos anónimos también lo usan.  Su intención es expresar la opinión colectiva de la institución: “Podemos entender el reclamo de los ganaderos de que sus costos han aumentado dramáticamente,… pero creemos que…”.           

Otras personas intentan involucrar a sus interlocutores, o invitarlos a compartir un pensamiento, usando este plural.  Este es el caso del maestro que dice: “Vamos a sumar esto ahora, a ver qué nos da” o “Llegamos, pues, a esta definición de filosofía”. 

Todos estos usos son naturales y válidos, y es hora de regresar a los que motivan este artículo.  Uno es el plural que usan políticos o gerenciales, excesivamente, para repartir la responsabilidad por las decisiones tomadas entre un “nosotros” que incluye al “equipo de trabajo” pero también a los oyentes.  Ejemplos del mensaje del Gobernador, al finalizar el 2009: “gracias a las medidas de disciplina fiscal que impusimos…, salvamos a Puerto Rico de la quiebra inminente...  Eso quiere decir que Puerto Rico arrancó, ¡y no nos para nadie!...”.

Hay quien dice que el verdadero demócrata habla siempre en singular, porque no simula que por su boca habla la muchedumbre; así respeta la individualidad libre y responsable de cada cual, incluida la suya.

Otras veces este plural hace confuso el discurso.  Uno se pregunta, ¿está la persona hablando de sí misma o de un grupo?  Alguien involucrado en un caso reciente dice (noten la vacilación “nosotros”/“yo”): “…tras la mentira… sobre nuestra participación en dicha vista, me veo en la obligación de salir a presentar mi posición sobre este asunto para defender nuestra credibilidad y el respeto que tenemos y hemos tenido por los años...”.

Finalmente, creo que hay hablantes que con este plural –entre mayestático y modesto– buscan precisamente ocultar su protagonismo y diluir su responsabilidad.  Dice otro individuo en un caso reciente: “La única persona que nosotros llevamos para contrarrestar las alegaciones... [E]stamos listos para enfrentar un juicio que unos pares nos juzguen... Y sabemos con la ayuda de Dios Todopoderoso vamos a salir airosos...”.   

Un par de figuras históricas estadounidenses han dicho que los únicos que deben usar el plural para referirse a sí mismos –porque allá también se usa y se abusa– son los emperadores, los editores, los esquizofrénicos y las mujeres embarazadas.  Ah, y los que tengan una solitaria adentro.  Si usted no es ninguno de los anteriores, use el plural mayestático con moderación singular. 

(Publicado en El Nuevo Día el 13 de febrero de 2011) 

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