En estas semanas, he seguido leyendo el último número de la revista Español Actual (80/2003: sí, se publicó con algo de retraso), y he seguido encontrando artículos de interés. Invito a las bibliotecas del país a suscribirse a esta publicación semestral; mientras tanto, me permito comentar una de las “Papeletas gramaticales” sobre norma y uso del español incluidas allí: “Caminar / andar en el español de Puerto Rico”, por la Dra. Amparo Morales.
La exploración se basa en la noción de que, en el español de América, el verbo “caminar” ha desplazado al verbo “andar” en muchos contextos, si se compara con el español peninsular.
El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), en su versión electrónica, ofrece para el verbo intransitivo “andar” 19 acepciones y 21 frases hechas. Las definiciones incluyen desde ‘ir de un lugar a otro dando pasos’ (“Andó al banco”) y ‘hallarse en determinado estado’(“Anda bien alegre”), hasta ‘tomar parte en algo’ (“Anda en traqueteos”) y ‘Obrar o proceder’ (“Andemos con cuidado”), entre muchas otras. También lo recoge como verbo auxiliar (“Anda pidiendo ayuda”).
Por su parte, el transitivo “caminar” tiene sólo cinco acepciones y una frase fija. Las definiciones son más restringidas: ‘Andar determinada distancia’ (“Caminó 12 millas”), ‘Ir andando a un lugar’ (“Caminé hasta su casa”), ‘Seguir su curso una cosa’ (“Camina el río”).
Según el DRAE, entonces, ambos verbos coinciden en el sentido de ‘desplazarse dando pasos’, pero no son sinónimos exactos: “andar” tiene un alcance semántico mucho más amplio que “caminar”, lo que supondría una mayor frecuencia de uso.
La autora compara los usos de “andar” y “caminar” en Puerto Rico y España. Para ello, analiza los datos del PRESEEA, un proyecto panhispánico que recoge conversaciones espontáneas en las capitales hispanohablantes, y el Corpus de Referencia del Español Actual, o CREA, que incluye miles de textos de todos los países hispanohablantes.
Los resultados llaman la atención. Hay una diferencia notable entre los dos países en la proporción de uso de “andar” y “caminar”: mientras que “caminar” se usa en un 59% en Puerto Rico frente a “andar”, en España se usa sólo en un 22%. En Puerto Rico, aparentemente, “caminar” se está quedando con el valor de ‘desplazarse dando pasos’ que también podría expresarse con “andar”. A la vez, en ciertos contextos, “andar” parece estar distanciándose del significado de movimiento. Veamos los ejemplos.
En las muestras de Puerto Rico del PRESEEA, “caminar” tiene una frecuencia mayor que “andar” y se orienta casi siempre a ‘dar pasos’: “Yo camino la seca y la tuntuneca, como yo digo...”, “Y ahí, pues, nos conocimos porque él caminaba por la calle donde yo vivía”.
“Andar” mostró usos mucho más variados. Se registró el valor de ‘modo de proceder’: “Porque, tú sabes, Satanás anda como león rugiente”. Además figuró como verbo auxiliar: “Y él sabía que yo andaba buscando trabajo”. Y también hubo sentidos cercanos al de movimiento físico: “No lo haría con una persona de estos que andan por la calle...”.
“Andar” también se usa como imperativo: “Sí, ahora te pongo los hambelgels, ve y sécate primero, anda” (El cruce de la Bahía de Guánica), “Anda, ve donde él. Dile que yo no tengo nada que ver” (Obsesión). Lo curioso aquí es que “anda” aparece con otro verbo de movimiento (“ve”, de “ir”), que es el que asume el sentido de movimiento. Este es el uso discursivo que ya poco tiene que ver con moverse; de ahí que el título de esta columna sea posible y no terriblemente redundante.
En las muestras de España, “andar” tiene una frecuencia mucho más alta que “caminar”, con valores muy diversos que incluyen el de movimiento físico. “Caminar” también expresa movimiento, pero en contextos mucho más variados que en Puerto Rico. Asimismo, en el uso imperativo no hubo ninguna coaparición con otro verbo de movimiento. Por lo tanto, no hay la especialización de “caminar” que se ha dado aquí.
¿Qué significa esto? Que aquí caminamos más y andamos menos, y allá es al revés. También que la lengua anda y camina, geográfica y dialectalmente, con tendencia a bifurcarse.