¿Nunca se han preguntado a qué se refiere el pronombre “-lo” en “cógelo suave”? ¿Qué es lo que hay que coger suave? ¿Qué tal el “-la” en “pásala bien”? ¿Qué cosa es la que hay que pasar bien? Y ¿qué cosas se echa uno cuando está “echándoselas de algo”?
Como sabemos, los pronombres son –en su sentido más básico– palabras que hacen las veces del nombre. Esto quiere decir que los pronombres sustituyen un elemento nominal que se menciona antes o después en el discurso, cuya referencia los hablantes ya conocen o pronto conocerán. En: “Allí veo unas manzanas. Me las voy a comer”, el pronombre “las” sustituye a “unas manzanas”. Los interlocutores comparten la referencia de “unas manzanas”, y la pueden sustituir por el pronombre “las”, sin perder ningún significado.
Ahora bien, las frases que hoy nos ocupan contienen pronombres cuya referencia no está clara. ¿Qué sustituye el pronombre “la” en “cogerla con alguien”? ¿Cuáles son las cosas que se trae el que “se las trae”? ¿Qué representa el “las” cuando alguien “se las sabe todas”? Pues no sabemos con exactitud, y es por ello que algunos estudiosos llaman a estos pronombres pronombres “sin referencia” o “de indeterminación”.
Las frases en que encontramos estos pronombres se pueden considerar expresiones fijas, puesto que exhiben un alto grado de fijación semántica y sintáctica. Semánticamente, al igual que otras expresiones fijas, estas frases no son transparentes del todo: comprendemos el significado global de la frase, pero no podemos descomponerlo en una suma de significados menores. Sintácticamente, su forma admite muy poca variación.
A diferencia de otras frases fijas como “echar de menos” o “caer de bruces”, el elemento clave de estas frases es el pronombre, como “la” en “jugársela fría” o “las” en “vérselas con alguien”. En gran medida, la opacidad semántica de estas frases tiene que ver con estos pronombres “sin referencia”. No obstante, algunas personas ven en ellos una referencia omitida o implícita, si bien admitidamente vaga. Por ejemplo, el “las” de “buscárselas” podría significar “las maneras de subsistir” y el “las” de “arreglárselas” podría significar “las condiciones”.
Los pronombres que forman parte de estas frases pueden ser enclíticos, o sea, estar ligados al verbo precedente, formando una sola palabra, como en: “ingeniárse+las” o “vérse+las negras”. En otros casos, el pronombre puede estar por su cuenta, por ejemplo, en: “Me las va a pagar” o “Me las va a pegar”. Volviendo a la semántica, en ninguno de estos casos está claro qué representa el “las”, aunque entendemos perfectamente el significado global de cada expresión, y hasta podríamos componer una historieta con estas cuatro frases.
Hay casos de variación dialectal con estas frases. El género del pronombre puede variar: en algunos países se dice “pasarla bien”, en otros, “pasarlo bien” y aún en otros “pasársela bien”. A veces varía el número: “Me la va a pagar” versus “Me las va a pagar”. En otros casos, la variación es léxica: por ejemplo “cogerla con alguien” frente a “tomarla con alguien”.
Noten que estos pronombres “sin referencia” o “de indeterminación” son casi siempre femeninos, tanto en singular (“tener+la cogida con alguien”) como plural (“cantárse+las claras a alguien”). Hay casos de masculino indeterminado, como el “coger+lo suave” del título, o, de nuestro ámbito artístico, el “Camínalo” de Gilbertito Santa Rosa, o “Planéalo”, que es el nombre de un grupo musical. Pero usualmente el pronombre masculino se refiere a algo más concreto mencionado o latente en el contexto. Comparemos, por ejemplo, “Me la/las pagarás” con “Me lo pagarás”, y detectaremos que la forma masculina remite a algo más específico, que suponemos está en el contexto.
Y por si ya la columna los tiene pasando LAS de Caín, y para no correr el riesgo de embarrarLA, o peor, me despido, con todas LAS de la ley.