Corillo

Creo que todos conocemos la palabra “corillo”, ya sea porque la usamos desde jóvenes o porque la aprendimos más recientemente. Por si acaso no es así, según diversos diccionarios del reguetón disponibles en Internet, “corillo” es un ‘grupo de personas, amigos, gente que siempre están juntos; crew, pandilla o banda’.

La palabra “corillo” parece ser netamente puertorriqueña. No aparece en ningún diccionario del español general. Los únicos casos que figuran en el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), que recoge miles de textos de todos los países hispanohablantes, son de Puerto Rico. Y la muestra que tomamos de Internet también proviene de cibernautas boricuas.

La mayoría de los ejemplos del CREA vienen de Vivir en Caimito, de Fernando Picó (1989), que retrata la vida en esa zona: “Para Charlie, la señal de que había llegado a ser admitido por el corillo de los mayores fue que lo empezaron a invitar a ir con ellos a parties”. Otro ejemplo es de Falsas Crónicas del Sur, de Ana Lydia Vega (1991), cuando cuenta de un corillo travieso” que le gritaba a un personaje que viajaba en coche.

¿De dónde viene esta palabra?

Podríamos pensar que es un diminutivo de “coro”, cuya acepción más conocida es ‘conjunto de personas que cantan simultáneamente una pieza concertada’. Según el Diccionario de la Real Academia (DRAE), “coro” es también ‘un conjunto de personas reunidas para cantar, regocijarse, alabar o celebrar algo’.

Sin embargo, hay otras dos palabras en español, con escaso uso actual en Puerto Rico, cuyos significados se acercan más al de nuestro “corillo”. Me refiero a “corro” y “corrillo”.

Ambas son palabras antiguas del español. El 1729, “corro” se define como ‘cerco que se hace de gente en forma redonda’ y ‘cierto género de baile que se hace formando un círculo’. Por su parte, “corrillo” es diminutivo de “corro” y significa ‘el corro donde se juntan pocos a discurrir y hablar; ordinariamente se toma a mala parte, porque se entiende que se juntan para cosas perjudiciales’. Las dos son palabras relacionadas con “corral”.    

Actualmente, los diccionarios de la lengua general definen “corro” como: (1) cerco que forma la gente para hablar y esparcirse; (2) juego de niños que forman un círculo, cogidos de las manos, y cantan dando vueltas y (3) grupo de personas aglomeradas alrededor de algo o alguien. La frase ‘hacer corro” o “hacer corro aparte” significa reunirse un pequeño grupo dentro de una reunión mayor, para hablar entre sí.

El diminutivo “corrillo” es ‘un grupo de personas que conversa’ o ‘reunión de personas que se mantienen apartadas de las demás’.

Son significados cercanos pero no idénticos al del “corillo” local. No obstante, no es tan difícil imaginar una extensión del significado del grupo que se reúne y habla entre sí, al del grupo de amigos que forman pandilla y salen juntos.

Se trataría de un cambio fonético análogo al que ocurre de “arroba” a “aroba”: una reducción consonántica de la vibrante múltiple a la simple. Sin embargo, mientras que tenemos plena conciencia de “arroba”, la mayoría de los consultados no conocían las palabras “corro” y “corrillo”; las pocas que sí, aclaraban que era conocimiento libresco. No existe alternancia ni vacilación entre las dos formas, porque la mayoría sólo conoce “corillo”.

Parece que la palabra está en circulación hace bastante tiempo. En un sondeo muy informal, algunas personas de entre 40 y 60 años la recordaron de toda la vida. Muchos que están en sus 30, sin embargo, dijeron no recordarla de su juventud. Y para los que están en sus 20 o menos, es parte del léxico básico.

Sí parece cierto que el impulso y difusión actual de la palabra se lo debemos al mundo del reguetón. Encontramos canciones como: “Corillo” de Daddy Yankee, “Corrillo dale” de DJ Playero y “Mi corillo” de Dr. P. Aunque la tomaran de la jerga juvenil o la rescataran del pasado, a ellos debemos el alcance que tiene hoy.

Incluso si “corillo” viene de “corrillo”, creo que será difícil dar vuelta atrás. Me parece que el “corillo” boricua llegó para quedarse y que habrá que proponerlo, después de investigarlo un poco más, al Diccionario académico. ¿Qué me dicen, corillo?

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