Desde la llegada del correo electrónico, en Puerto Rico estamos experimentando una gran confusión. Se trata del nombre del símbolo @: ¿cómo se dice: "arroba" o "aroba"?
La contestación es “arroba”, con la doble erre o erre doble, también conocida como la vibrante múltiple, pronunciada con la punta de lengua repicando rápida y repetidamente en los alvéolos, que son el lomito tras los dientes en el paladar.
¿Se acuerdan de aquella rima con la que se enseña a los niños a pronunciar la doble erre: “erre con erre cigarro, erre con erre barril, rápido corren los carros, por las vías del ferrocarril”? Pues bien, esa es la misma doble erre de “arroba”. “Arroba” se pronuncia como “arrogante”, “arropar”, “arroyo”, “arroz”. No se pronuncia como “aro” o “aroma”. Y definitivamente no se dice “algarroba”, como se ha escuchado por ahí.
¿De dónde ha salido esta forma “aroba”? Francamente, no lo sé. Es difícil encontrar documentación escrita, por razones obvias: oralmente, hablamos de “arroba” o “aroba” para dar una dirección de correo electrónico, pero si estamos escribiendo, usamos el símbolo gráfico directamente: @. Por otro lado, todo parece indicar que la confusión está bastante restringida a Puerto Rico. No se incluye en ninguna de las fuentes panhispánicas actuales sobre dudas del idioma, mientras que sí se menciona en algunos escritos locales.
Lo que sí debe ser cierto de las personas que dicen “aroba” es que o no conocen la historia de la palabra “arroba” en español, o, si la conocen, no asocian la nueva “arroba” con la vieja “arroba”.
Resulta que esta palabra viene del árabe hablado en España “arrub”, que a su vez venía del árabe clásico “rub” y significaba ‘cuarta parte’. En España la “arroba” se convirtió en una unidad de medida de peso o volumen, que pasó luego a Hispanoamérica. Equivale a la cuarta parte del quintal, que es igual a 25 libras o 11.5 kilogramos. Mis informantes agrícolas confirman que en Puerto Rico todavía se usa para medir café e incluso ganado.
Esa es la historia resumida de la palabra “arroba” en español, pero ¿qué hay del símbolo @? Algunas fuentes indican que el signo @ se origina con los copistas de la Edad Media, que combinaban en ese símbolo las letras “a” y “d” de la preposición latina “ad”, que significaba ‘hacia’, ‘hasta’, ‘en’, cerca’, etc.
Sin embargo, la primera aparición de @ como abreviatura de la medida de peso, la documenta Giorgio Stabile, un estudioso del tema, en 1536. Se trata de una carta de Sevilla a Roma, escrita por un florentino, que describe los tesoros llegados de América en tres barcos españoles. Stabile alega que el símbolo era simplemente una “a” con cola larga y curveada, típica de la caligrafía mercantil. Para él, la @ simbolizaba tanto “arroba” como “ánfora”, medidas equivalentes en aquel momento, como se confirma en el Diccionario latín-español de Nebrija de 1492.
A partir de entonces, la @ se usó bastante en toda Europa. Stabile argumenta que luego el signo fue adoptado por países noreuropeos para indicar precios por unidad, con el nombre de “at”, abreviatura de “at the price of”. Por ejemplo, cinco manazanas a diez centavos se podía expresar “5 apples @ 10 cents”. De ahí que en 1885 se incluyera el símbolo @ en las maquinillas, inventadas en Estados Unidos.
Para el 1971, la tecla de @ todavía figuraba en las maquinillas, pero ya no se usaba mucho. Por eso, al técnico computacional Ray Tomlinson se le ocurrió usarla en el primer correo electrónico para separar el nombre de usuario y el sitio de Internet del servidor. Era la opción idónea: el símbolo figuraba en las maquinillas, no se usaba casi nunca, no causaría confusiones y su significado expresaba algo cercano a ‘en’. Fue un éxito instantáneo.
Hoy la @ es el símbolo más emblemático de la era digital. Los anglosajones la llaman “at”, nosotros usamos el nombre de la antigua medida de peso “arroba” –aunque resulte un poco absurdo– y las lenguas que no tenían el símbolo han inventado nombres metafóricos: en italiano se llama ‘caracol’, en alemán ‘cola de mono’, en danés ‘a con trompa’.
En Puerto Rico, la tenemos fácil: se llama “arroba”, con doble erre.