Recientemente, durante un intercambio de correos electrónicos sobre el tema de la redacción académica, un amigo me escribió: “No sé, habeses nos concentramos en datos, cifras, en citar bien, en proyectar nuestros pensamientos adecuadamente, y consciente o inconscientemente nos desviamos del propósito trazado originalmente”.
Al contestar su planteamiento serio y acertado, no pude resistir hacer un chistecito sobre el “habeses”. Me contestó: “¿Es un invento? Me da un poco de vergüenza porque creo que lo uso con frecuencia y nadie, al parecer, lo había notado”.
Lo entrevisté enseguida. Me explicó que, para él, “habeses” era equivalente a “ocasionalmente”, y que, si bien percibía la conexión con “veces”, no se había cuestionado la diferencia ortográfica. Confirmado: “habeses” era “a veces”.
Estamos ante un fenómeno interesante que sin duda todos hemos observado –o producido– alguna vez, cuyas manifestaciones más comunes incluyen: “osea”, “aveces”, “através” o “atravez”, alomejor”, deverdad”, “talvez”.
Se trata de locuciones que algunas personas fusionan gráficamente en una sola palabra, por entenderlas como una unidad sintáctica y semántica. Tienen razón en eso último: las locuciones son grupos de palabras que siempre van juntas (tienen fijación sintáctica), por lo que siempre las escuchamos juntas, y presentan un significado global (tienen fijación semántica). Así que ¿por qué no escribirlas juntas, como una sola palabra?
La respuesta es que no son palabras simples, al menos no todavía. Sin embargo, fusionar frases en una sola palabra es un proceso regular en los idiomas, por ejemplo: “alrededor” (al+rededor), “asimismo” (así+mismo), “enfrente” (en+frente), “entretanto” (entre+tanto), “enseguida” (en+seguida). Aquí también figuran las palabras compuestas: “telaraña” (tela+de+araña), “hojalata” (hoja+de+lata), “bocacalle” (boca+calle), “adiós” (a+Dios). Pero estos cambios ortográficos requieren que muchas personas usen esas formas, por bastante tiempo.
Y les comento a los que no lo sabían –como yo– que “talvez” (así, juntito) está en el Diccionario de la Real Academia desde el 1970, como uso de América. Una búsqueda en corpus demostró que ocurre en República Dominicana, El Salvador, Colombia y varios otros países. No en Puerto Rico, sin embargo.
El caso de “habeses”, naturalmente, es diferente de los demás, porque aquí el hablante aprendió la palabra de la lengua oral, y le asignó la ortografía que más apropiada le pareció. “Habeses” se lo recuerdo cuando le escribo.
(Publicado en El Nuevo Día el 26 de febrero de 2012)